Durante los últimos 12 meses el crecimiento de la construcción en las regiones ha sido evidente y se destacan proyectos, tanto residenciales como comerciales, que han impulsado el empleo y desarrollo de las economías locales. Solo entre enero y abril de este año fueron aprobados 7.839.736 metros cuadrados para construcción: 6.408.360 para vivienda y 1.431.376 para otros usos. En las cifras del Dane se destacan los 497,762 para comercio, 238,009 para industria y 178,021 para educación.
En el caso de Santander, se aprobaron durante el primer cuatrimestre del año 2.764 licencias para viviendas. Silvia Rey, gerente de Camacol en el departamento, explicó que “la excelente dinámica que viene presentándose en esta región del país sugiere que los hogares han priorizado la inversión en compra de vivienda como fuente de bienestar y desarrollo”. Este buen comportamiento estuvo apalancado en gran parte por los subsidios del Gobierno nacional por más de 139.000 millones de pesos, que beneficiaron a 5.886 hogares en el Área Metropolitana de Bucaramanga.
Sin embargo, no solo los proyectos de interés social han estado en el foco de los compradores santandereanos. En segmentos más exclusivos, la decisión de compra ha estado influenciada por factores como la vista y el entorno natural que rodea los proyectos. “Caminar y respirar aire puro no tienen precio después de haber vivido un periodo de confinamiento como el que impuso la pandemia”, detalló Andrés Martínez, gerente de Urbamares, la constructora a cargo del lujoso proyecto Montecristo, un referente por el desarrollo arquitectónico e interiorismo de sus espacios.
Aunque cada segmento de vivienda tiene unas tendencias particulares, comparten “la necesidad de espacios más amplios con buena iluminación y ventilación natural, zonas verdes, amplias terrazas y lugares para hacer teletrabajo”, aseguró Martínez.
En esta línea de promover el contacto con la naturaleza, hay un proyecto que ya es referencia de estilo de vida moderno frente al mar: Morros, en Cartagena. Sus condominios cuentan con salida directa a la playa en Serena del Mar, y los inmuebles fueron pensados para que quienes los habiten puedan tener la sensación de que viven en contacto permanente con el entorno que los rodea. Esto se logra gracias al protagonismo del vidrio y las transparencias en cada espacio.