Con el desarrollo de cualquier construcción se incrementa la demanda de materiales, instalaciones, maquinaria y equipos, lo mismo que de acabados, diseño, decoración y mantenimiento de los inmuebles.
Por eso, como lo advierte la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), el hecho de que la industria tenga la capacidad de mover más de treinta subsectores, simplemente confirma que una disminución en la dinámica afecta, pero también puede poner a prueba la creatividad de los empresarios.
EL TIEMPO habló con representantes de varias compañías de inversión, diseño e insumos, entre otras, quienes explicaron –desde su negocio y expectativas– en qué andan y cómo han hecho para sobrellevar la desaceleración que atraviesa la industria edificadora.
Algunos de ellos coincidieron en que la construcción viene de dos años difíciles y eso, obviamente, obliga a que llegue el momento de los ajustes de rigor. Aun así, hay consenso en que el panorama es positivo para la vivienda, sobre todo para la de interés social, VIS, y para otros negocios que se han fortalecido con innovación y creatividad.